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Nadie está preparado para perder un ser amado. La muerte es la única certeza con la que nacemos, pero cuando sentimos que el dolor nos supera, aumenta nuestra capacidad de resiliencia. Estos son algunos consejos para superar el duelo.
El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida: un amigo, un familiar, la pareja, un hijo o hija, una mascota y todo aquello con lo que se ha establecido un vínculo emocional. La forma como lo expresamos es un proceso íntimo y los tiempos para superarlo son individuales.
Aunque asumir una pérdida nunca será tarea fácil, hay algunos consejos que pueden ayudarte a hacerlo más llevadero y lograr la aceptación progresivamente. Estas 10 recomendaciones pueden ayudarte:
1. Reconoce tus emociones: sientes tristeza, frustración, angustia, enojo, culpa, desesperación, incertidumbre; todas estas emociones son propias del momento que atraviesas y hay que aceptarlas, pasar por el proceso. Huir o negarlas puede empeorar la situación.
2. Expresa tus emociones: si tienes ganas de llorar, hazlo: es parte del proceso. Tan importante es reconocer lo que se siente como dejarlo fluir. Puedes conversar con alguien sobre lo que te está pasando.
3. Evita aislarte: si bien tú mismo eliges los momentos íntimos y los espacios para interactuar, aceptar la llamada de tu familia y amigos puede ser reconfortante para conversar y sentir su afecto. La compañía también es importante para vivir el proceso.
4. Cuida tu salud: es posible que el apetito varíe durante algún tiempo, pero intenta priorizar tu bienestar y busca alimentos que te nutran, come más frutas y verduras, mantente hidratado, prepara tus alimentos favoritos y recuerda que la alimentación es clave para conservar tu salud en todos los aspectos.
5. Establece una rutina: es importante seguir con tus actividades cotidianas y una buena manera de hacerlo es incorporarte en tus rutinas poco a poco y a tu ritmo: levántate a la hora acostumbrada, realiza tu actividad física favorita, saca a pasear a tu mascota, prepara tus alimentos, destina espacios para compartir con tu familia y amigos, y retoma tus compromisos laborales o académicos.
6. No asumas más ocupaciones de las que puedes: llenarte de actividades para evadir la realidad puede ser contraproducente. Trata de vivir conscientemente el presente y ve retomando tus responsabilidades poco a poco.
7. Busca un grupo de apoyo: como tú, hay otras personas que están pasando por el mismo momento y los grupos de apoyo pueden ser una buena opción si necesitas expresar lo que sientes y encontrar empatía en alguien que pueda identificarse con tu situación.
8. No tomes decisiones importantes cuando la pérdida esté reciente: tómate tu tiempo para hacer cambios importantes en cualquier ámbito de tu vida y espera a tener mayor claridad sobre tu realidad actual.
9. No te automediques: los medicamentos requieren supervisión profesional. Consulta con tu médico y sigue sus recomendaciones.
10. En caso de que sea necesario, busca ayuda profesional: si al pasar los días sientes que la situación no mejora y necesitas orientación sobre cómo gestionar tus emociones, el acompañamiento de un profesional puede ser pertinente para encontrar las respuestas que buscas.
Recuerda que el duelo es un proceso íntimo y diferente para cada ser humano. Toma de cada consejo lo que pueda acomodarse a tus propias condiciones y rodéate de aquello que te hace sentir bien para sortearlo mejor.
No es fácil asumir que uno de nuestros seres queridos ya no está. Como adultos, mientras hacemos nuestro duelo no podemos olvidar a los integrantes más chicos de nuestra familia. ¿Cómo explicarle a un pequeño que ese ser querido no volverá a estar?
Una de las expertas más reconocidas en este tema es la psiquiatra Elizabeth Kübler-Ross, quien construyó un método médicamente aplicado en sus pacientes con enfermedades terminales. Al analizar las reacciones que tenían los familiares de sus pacientes una vez tenían que afrontar el duelo, la médico identificó cinco etapas: la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación. Aunque las fases no se viven en ese orden, es recomendable ser consciente de transitar por cada una de ellas para alivianar la pérdida.
En este artículo te damos algunas recomendaciones para que ese momento tan íntimo y emotivo sea manejado con todo el cuidado:
¿Quién debe darles la noticia? Sin duda, la noticia de un fallecimiento debe ser dada por una persona que sea muy cercana a los chicos. Generalmente, los padres son el vínculo familiar más fuerte que tienen, pero en algunas familias la figura de los tíos o las tías es cercana y pueden apoyarnos en momentos como esos.
Déjalos que expresen lo que sienten A veces pensamos que evitar el llanto o intentar que el ánimo se mantenga alto es la mejor manera para superar una ausencia. Mientras están chicos, los niños son principalmente emocionales y su relacionamiento con el mundo es por medio de lo que sienten. En lugar de evitar que lloren o se sientan tristes, permite que sientan que tú estás ahí para acompañarlos y escucharlos en caso de que quieran conversar con alguien.
Explícales con películas Dependiendo de la edad, tienes a disposición algunas películas que enseñan el valor de la vida y en la que sus protagonistas aprenden a decir adiós. Por ejemplo, en Intensamente (Inside out), Alegría debe despedirse para siempre de Bing Bong, el amigo imaginario de Riley, y en El Rey León, Simba debe decirle adiós a su padre, Mufasa, luego de que este cae por un precipicio. Al comprender que sus héroes de película también han tenido que despedirse de sus seres queridos, los pequeños sentirán que no están solos.
No los intentes engañar, ellos saben lo que pasa Ocultar la muerte de una familiar o una persona cercana a la familia no es una buena idea. Aunque sean chicos, ellos comprenden perfectamente lo que ocurre. Te recomendamos decirles la verdad utilizando un lenguaje amoroso y cálido. Evita que sea en presencia de personas desconocidas para que la situación sea más cómoda para ellos y no intentes llamar las cosas por nombres diferentes: expresiones como “está en un viaje”, “se fue, pero nos sigue cuidando” o “se fue a descansar”, solo evitan que los chicos comprendan bien lo sucedido y tengan confusiones.
Es válido recordar al ausente Es muy probable que los chicos de nuestro hogar pregunten por ese ser querido que ha muerto. No trates de cambiarles el tema o proponerles una salida a comer helado. Los recuerdos hacen parte de nuestra vida y quienes han compartido amor con nosotros tienen todo el derecho de ser recordados. Aprovecha para contarles historias graciosas que recuerdes de esa persona y recuérdales que siempre estuvo ahí para ellos. Así, recordarán con amor y no con tristeza o temor.
Prepárate para algunos cambios Tal y como le puede pasar a cualquier adulto, el duelo de los niños también les genera cambios emocionales. No los juzgues y sé consciente de que van a sentirse diferentes. Demuéstrales apoyo preguntándoles cómo van con las tareas del colegio, si han hablado con sus amigos o si quieren que les prepares esa comida favorita. No los dejes solos, aunque no comprendan en su totalidad lo que ocurre, sus emociones y estado de ánimo reaccionan ante la pérdida.
Presta atención tiempo después Para algunos adultos es fácil superar la pérdida con relativa facilidad. Sin embargo, un niño podría seguir extrañando a su ser querido por un tiempo más prolongado de lo normal. Si ves que tus chicos todavía no han logrado avanzar en su proceso será muy importante que consultes a un profesional. Ayudarlos con sus emociones es tan importante como que vayan al colegio o se alimentan adecuadamente.
Recuerda que una parte importante del duelo se comparte en familia. Aunque también estés afligido, no olvides que eres el referente de tus chicos y que ellos te buscarán para sobrellevar su propio duelo. No te preocupes si mientras intentas consolarlos también te sientes afligido, eres humano y ellos comprenderán rápidamente que la situación solo la podrán superar si están unidos.
Decir adiós es una de las situaciones más difíciles que tenemos que afrontar como seres humanos. Asumir el duelo es una tarea que tarde o temprano debemos enfrentar y una forma de hacerlo es con la lectura de historias y experiencias de quienes han logrado seguir la vida pese a la ausencia de un ser querido.
A continuación, te recomendamos una serie de libros que podrán acompañar tu duelo o prepararte emocionalmente para sobrellevarlo de una manera equilibrada y consciente:
Lo que no tiene nombre – Piedad Bonnett
Esta escritora colombiana narra en esta novela su propia historia: la pérdida de su hijo. Cada una de las páginas de Lo que no tiene nombre es un homenaje a un ser querido que amó y que siempre tendrá un espacio en su corazón para ser recordado y amado. Seguir adelante, con los mejores recuerdos y sin ocultar la nostalgia, es la opción que Piedad Bonnett encuentra al final de su libro.
El camino de las lágrimas – Jorge Bucay
El autor de este libro es psicólogo. Desde una mirada médica, pero también sensible y humana, Jorge Bucay enfatiza en la necesidad de ver la muerte como parte inaplazable de la vida y cómo pese al dolor de la ausencia, la muerte también puede enseñarnos grandes lecciones para apreciar el presente y lo que todavía nos queda.
Di su nombre – Francisco Goldman
Este libro nace de un caso de la vida real: la muerte de la esposa del autor. Tras la pérdida de su pareja, Francisco Goldman construye una novela en la que demuestra que el amor después de la muerte sí es posible y que está en cada detalle que recordamos de nuestro ser querido que ya no está. Una reflexión a ver la muerte como una posibilidad de recuerdo y a valorar cada instante que podemos seguir viviendo.
También esto pasará – Milena Busquets
La historia detrás de este libro está alrededor de su propio título. También esto pasará como lema de vida para recordar que sin importar el dolor que deja la ausencia, la vida continúa y la muerte también llegará a ser un recuerdo. Una historia que nace de una ausencia y de la narración de un cuento inventado que termina siendo una solución real para sanar el dolor.
La hora violeta – Sergio del Molino
Tal vez la muerte de un hijo sea el dolor más grande que cualquier padre o madre deban afrontar. Este fue el caso de Sergio, escritor de La hora violeta. Luego de la muerte de su pequeño, solo encontró alivio en la escritura y redactó lo que muchos han reconocido como una gran carta de amor. Sobrellevar el duelo también está en encontrar lo que nos genere refugio. Para Sergio fue la escritura, pero es probable que al perder a un ser querido debamos buscar una actividad que nos ayude a sanar el alma.
Vivir el duelo. La pérdida de un ser querido – Christophe Fauré
Hacernos preguntas parecería no ser la mejor manera de sobrellevar una pérdida. Sin embargo, el autor de Vivir el duelo construye una guía que nos permitirá asumir este momento con más tranquilidad y aceptación. Es posible que enfermedades terminales o circunstancias que veamos cerca nos indiquen que estamos cerca de perder a un ser querido. Este libro podrá ayudarnos a ser conscientes de la presencia de la muerte y a prepararnos para cuando llegue.
La ridícula idea de no volverte a ver – Rosa Montero
Este pensamiento, no volver a ver a nuestro ser querido, es uno de los impactos más fuertes que llega con la muerte. Este libro permite reconocer las dos maneras en las que los seres humanos llevamos el duelo: primero, expresando emociones; luego, pensando en lo que sigue. La escritora de este texto no limita la expresión de la melancolía, pero le pone límite para darle paso a lo que viene con nuestras vidas. Una reflexión para no juzgar las formas de duelo pues cada persona tiene una diferente y encuentra refugio cuando deja salir su dolor.
Una casa para el abuelo – Grassa Toro
Es un libro infantil especialmente escrito para compartir con los niños de tu casa. Por medio de una historia que mezcla personajes fantásticos y lugares con vida, los chicos comprenderán que la partida de un ser querido puede recordarse con amor y seguir la vida hará parte del homenaje a quienes estuvieron con ellos desde chicos: sus abuelos.
Cuando el final se acerca: cómo afrontar la muerte con sabiduría – Kathryn Mannix
Aunque en la mayoría de los casos la muerte llega sin avisarnos, existen situaciones en las que sabemos que está a punto de llegar. Prepararse para una partida no es fácil pero, así como alistamos el equipaje para un viaje, podemos prepararnos emocionalmente y en familia para afrontar la ausencia de alguien que nos ha acompañado con su amor.
Déjalos ir con amor: la aceptación del duelo – Nancy O’connor
Aprender a decir adiós no es una tarea fácil. Es importante saber que cada persona debe asumir su propio duelo y dejar que sus emociones aparezcan sin sentir culpa: está bien llorar, está bien recordar, está bien querer estar solos en algunos momentos. Lo más valioso luego de estos momentos será la forma en la que asumimos que nuestra vida ha cambiado y que tenemos muchas razones para seguir.
El duelo es un momento esencial que debe atravesarse luego de la pérdida de un ser querido. Aunque la muerte no es un tema del que nos guste hablar, el duelo debe tomarse con seriedad y estar atentos a los síntomas que se presenten podría ayudarte a ti y a tu familia a llevar esta etapa con mayor tranquilidad y equilibrio emocional.
La psicóloga Alejandra León, especialista en acompañamiento del duelo y el dolor, aborda los tipos de duelo más frecuentes y describe situaciones que tal vez puedan ser familiares para ti si estás atravesando por una pérdida.
Si te identificas con uno de ellos, hazlo consciente para que sepas las razones por las que tus emociones están así. Si ves que el tiempo de duelo es muy prolongado, solicita una consulta médica para que tengas acompañamiento profesional y tu tránsito no resulte más doloroso.
Duelo anticipado. Ocurre con frecuencia cuando alguien cercano padece una enfermedad terminal o se encuentra en un estado de salud del que sabemos no tendrá recuperación. El duelo aparece anticipadamente porque emocionalmente nos preparamos para la pérdida.
Duelo sin resolver. Se trata de una situación que se prolonga por más tiempo del normal. Si luego de una pérdida y pasados dos años todavía sientes que emocionalmente no te has recuperado, el duelo que afrontas todavía no está resuelto. Debes buscar apoyo de un profesional de la psicología.
Duelo ausente. Una de las etapas de la pérdida de un ser querido es negar que falleció. El duelo ausente es esa misma negación de manera prolongada, es la no aceptación de la muerte y el intento de seguir con la vida como si no hubiese pasado nada.
Duelo crónico o patológico. Este tipo de duelo se evidencia cuando una persona prefiere recordar constantemente al ausente, habla de él de forma constante y como si todavía estuviera vivo. Es un duelo que puede durar por años y que requiere apoyo profesional pues no es solo difícil de llevar para quien lo padece sino para sus familiares y seres queridos.
Duelo retardado. Ocurre con las personas que son muy fuertes emocionalmente o quieren verse fuertes frente a sus otros familiares. Quienes deben afrontar este tipo de duelo generalmente son los miembros de la familia sobre quienes recaen las responsabilidades más grandes del hogar. Deben mostrarse fuertes, pero luego de un tiempo esta acumulación de emociones termina por salir y evidenciar que no han realizado el proceso natural del duelo.
Duelo inhibido. Es un tipo de duelo que afrontan las personas a las que se le hace difícil expresar sus emociones o exteriorizar lo que sienten. Este tipo de duelo puede generar dificultades físicas pues el cuerpo termina somatizando esa imposibilidad de expresión. Si has tenido una pérdida y tienes un familiar al que se le dificulte llorar, por ejemplo, es importante que le prestes atención pues esta no es una forma de defensa del cuerpo y lo que le está ocurriendo es completamente inconsciente.
Duelo desautorizado. Es común que algunas personas superen más rápido que otras las etapas de duelo. Sin embargo, si un familiar o ser querido se demora más tiempo, procura que no se sienta juzgado por ello. Este tipo de duelo se presenta cuando un grupo familiar ha logrado superar la pérdida de manera colectiva, pero uno de ellos sigue sintiendo la ausencia. Al sentirse señalado se cohíbe de expresar lo que siente, generándose internamente un sentido de culpa que no debería surgir.
Duelo distorsionado. Se presenta cuando al ocurrir una pérdida la presencia de dolor es más fuerte en esta persona que en cualquier otro familiar. Es posible que nuestro familiar esté atravesando por dos duelos, uno ocurrido en el pasado y otro reciente. De esta forma, el duelo reciente se confunde con el anterior y genera una reacción doblemente dolorosa.
Saber qué tenemos, qué sentimos y a qué responde nos ayudará, sin duda, a saber cómo reaccionar y cómo enfrentarlo de la mejor manera. Recuerda, la salud mental es tan importante de atender y cuidar como la física.
El trastorno de estrés postraumático es una enfermedad de salud mental ocasionada principalmente por haber tenido experiencias emocionalmente fuertes que dejaron una huella psicológica y que vuelven a través de recuerdos, haciendo que quien lo padece tenga episodios de miedo, pánico, alerta extrema o visualice imágenes del trauma, al punto de creer que lo vive nuevamente.
Es natural sentir ansiedad o miedo en algunas ocasiones porque nuestras emociones actúan con la intención de protegernos contra los peligros, el riesgo está en que esto se convierta en algo extremo y continuo, y que luego de un tiempo continuemos estresados o asustados.
La Organización Mundial de la Salud realizó un estudio en 21 países y encontró que más del 10% de los encuestados declararon que habían sido testigos de actos de violencia (21,8%), habían sufrido violencia interpersonal (18,8%), habían tenido accidentes (17,7%), fueron testigos de conflictos bélicos (16,2%) o habían vivido eventos traumáticos relacionados con seres queridos (12,5%).
Por lo tanto, este estudio estimó que un 3,6% de la población mundial ha sufrido un trastorno de estrés postraumático. Por eso, en este artículo hacemos algunas recomendaciones para manejar el estrés y evitar los efectos a largo plazo.
1. Habla acerca de lo que sientas. Es de vital importancia expresar todos esos sentimientos, miedos y sensaciones que experimentas para que el estrés tenga una vía de escape, pues la misma situación hace que los reprimas. Apenas sientas que puedas hablar del tema, hazlo, porque al desahogarnos la mente y el cuerpo reaccionan de manera positiva, te generan sensación de control sobre tus emociones y así te liberas de muchos síntomas negativos.
2. Afronta lo que te recuerde el suceso traumático. Cuando sufrimos un impacto muy fuerte tendemos a evadir todo lo que tenga relación con lo sucedido. En este caso la recomendación es enfrentarlo poco a poco y relacionarlo con algo positivo que también esté ocurriendo en nuestras vidas. De esa manera, al recordarlo vamos a tener una asociación inmediata con algo que vale la pena recordar.
3. Planea actividades y proyectos futuros. Este tipo de acontecimientos fuertes y traumáticos hacen que tengamos una sensación de desesperanza con el futuro, por lo que conscientemente debemos buscar la forma de soñar con actividades y proyectos que haremos cuando todo haya pasado. Si ya está superado, lo que debes hacer es empezar a ejecutarlos y así darle mayor sentido a tu existencia.
4. No te juzgues. Según la psicóloga clínica, Úrsula Perona, en momentos de crisis nuestro estado de ánimo es complejo de manejar, hay una baja en la energía, hay tristeza, tienes más sueño de lo habitual y esto puede generar depresión. Pero no te debes culpar, aunque algunas personas digan que estás mal porque quieres, en realidad se trata de un comportamiento que genera segregación de nuevas sustancias por parte de nuestro cerebro. Debes aceptar y tratar de entenderlo, ser paciente con tus sentimientos negativos y buscar la forma de superarlos.
5. Conservar relaciones cercanas. Es muy importante contar con personas que nos apoyen y sean empáticas frente a lo que estamos viviendo. Es claro que nunca nos entenderán completamente o incluso no dimensionen lo que nos pasa, pero el hecho de tenerlos cerca e interactuar con ellos nos ayudará a superar mejor y más rápido el trauma.
6. Hacer lo que te gusta. Al tener miedo, angustia, ansiedad, tristeza y todos los sentimientos negativos del estrés tendemos al aislamiento no solo físico sino de nuestros gustos y placeres, lo que hace que nos sintamos peor. Aunque en la cuarentena estemos aislados, contamos con diferentes formas de hacer cosas interesantes y gracias a la tecnología podemos acceder a información, entretenimiento e interacción con el mundo exterior.
7. Descansa bien. El mismo recuerdo negativo de determinada situación hace que estemos tensos, alertas y asustados gran parte del tiempo por lo que se pueden generar trastornos del sueño. Así que necesitamos buscar formas de relajarnos como tomar bebidas calientes sin cafeína, darnos un baño antes de ir a la cama o meditar. De esta manera, podremos lograr un sueño reparador que evite la acumulación de sentimientos negativos.
8. Expertos. Si las anteriores recomendaciones no te funcionan seguramente requieras atención profesional de un psicólogo que pueda ayudarte a afrontar y superar tu situación. Si tu situación requiere atención médica, te recomendamos no medicarte hasta que no hayas tenido la supervisión de un experto.