Diario La Tercera plasmó los comentarios que el escritor
emitió durante el encuentro virtual “Hay Festival”,
organizado por SURA y la BBC.
El COVID-19 encontró a Javier Cercas en medio de la escritura de
una novela negra, por lo que la cuarentena se convirtió en una
oportunidad creativa.
En sus palabras: “es posible que los escritores llevemos esta
situación mejor que mucha gente; al fin y al cabo, nuestra vida
habitual es una vida de confinamiento, consistente básicamente
en escribir, leer y pensar en las musarañas”.
Y agrega: “aunque es verdad que no es lo mismo estar confinado
por
vocación que por obligación, casi diría que, si esto no fuera
una
catástrofe colectiva, sería una bendición personal, porque he
cancelado todos mis compromisos y estoy encerrado en mi casa
haciendo lo que más me gusta”.
Sin embargo, Cercas señala que sintió temor en el momento más
crítico de
la pandemia en España. Lo explica de esta manera: “no tengo
noticia de
algo semejante a esto, con gran parte del mundo paralizado y
encerrado en
casa por culpa de un virus. Tal vez por eso el sentimiento
esencial hoy
es la incertidumbre. Y la incertidumbre crea miedo. Y el miedo
es el peor
compañero posible”.
El autor también se refiere a los procesos
creativos
positivos que se generan a raíz de estas situaciones. “La
literatura se alimenta de crisis como esta, del dolor y del
horror; los escritores somos animales carroñeros, en el mejor de
los casos somos como los alquimistas que aspiraban a transformar
el hierro en oro: los mejores de nosotros transforman el horror
y
el dolor en belleza y sentido.
Finalmente Javier Cercas reflexiona que no rescata nada de la
crisis, que le
gustaría que no se hubiese producido. Que podrían aprenderse
muchas cosas de
ella pero que duda que vayamos a aprender nada. A la
interrogante ¿qué
espera de la vida tras la pandemia?, señala “exactamente lo
mismo que
esperaba antes de la pandemia: que perdone mis pecados y me
trate con
misericordia”.
Fuente: La
Tercera