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Es momento de movernos sin desplazarnos de casa. La movilidad incluye también aquellas acciones que realizamos en casa, como pedir a domicilio o cuidar de nuestros autos, motos o bicis. Aquí te dejamos una serie de recomendaciones para que realices todas esas actividades de manera cómoda y segura.
En momentos en los que el teletrabajo y estar todos en casa se convierte en una constante, una de las herramientas fundamentales para pasar los días es Internet. ¿Qué hacer para mantener una buena señal? Te lo contamos:
1. Pausa el wifi y conéctate por cable:
Sí, todos sabemos que puede resultar más cómoda la conexión inalámbrica, de hecho, últimamente a esa es la que estamos más acostumbrados. Pero, durante estos días, esa no es la mejor de las opciones. Tal vez, la solución esté en recurrir a la antigua manera de conectarnos por cable.
¿Por qué? de acuerdo con OFCOM (La oficina reguladora de comunicaciones del Reino Unido), el uso de un cable garantiza una conexión más rápida y segura.
2. Ubica el router en el mejor lugar posible:
No se trata de dónde quede más escondido o dónde esté mejor ubicado por estética el router. No es una casualidad que la wifi esté representada por ondas que determinan su señal.
La señal en efecto se da a través de ondas y cualquier obstáculo interfiere con ellas, pudiendo generar que baje su intensidad.
OFCOM recomienda tener el menor número posible de objetos que interfieran con la señal para así garantizar la mejor calidad de la señal.
3. Videollamadas, cuando sean necesarias:
Piensa dos veces si realmente es tan necesario que todas tus llamadas de trabajo sean a través de aplicaciones de videoconferencias.
Estas requieren un mayor esfuerzo de conexión y pueden dificultar el funcionamiento de la red. Te proponemos que mejor contemples la opción de desactivar la cámara si en ese momento no estás presentando o dirigiendo la reunión.
4. Desconecta los dispositivos que no estés usando:
En días en los que la casa se convierte en hogar y oficina al mismo tiempo, el teléfono celular, la tablet, el televisor y el computador son nuestros compañeros de jornada.
Llamadas, videoconferencias, videos, películas, podcast, descarga de documentos, etc, son apenas algunas de las actividades que desarrollamos día tras día.
¿Qué hacer entonces para no sobrecargar la red? te recomendamos desconectar de internet o poner en modo avión aquellos dispositivos que no estemos usando para así garantizar el máximo rendimiento en aquellos que necesitamos.
5. Reduce la calidad de los videos que reproduces:
Cuando reproducimos un video en línea se usan muchos datos. En momentos en los que todos estamos dependiendo de la calidad de la red, vale la pena ahorrar datos. ¿Cómo lograrlo? Bajándole a la calidad de reproducción de los videos, es una de las opciones.
En YouTube por ejemplo, una reproducción de menor calidad ayudará a mejorar la conexión y contribuirá a que la red global funcione en un estado óptimo para todos.
Por último: recuerda que entre todos aportamos para no saturar la red. Todos necesitamos de esta. Practica la empatía.
En épocas en las que la recomendación es quedarse en casa, una de las opciones a las que más recurrimos es a pedir a domicilio. ¿Qué hacer para cuidarse y cuidar a quienes nos apoyan en esta labor? Te lo contamos:
¿Cuántos pedidos a domicilio pides al día? ¿Qué tanto te vales de plataformas digitales para acceder a productos o servicios? Seguro las respuestas a estas preguntas cambiaron a partir de la coyuntura a la que nos expuso el COVID-19.
La pregunta que surgió ante la necesidad de acceder a domicilios más de lo que estábamos acostumbrados es: ¿Cómo y qué tanto debo cuidarme al tener contacto con las entregas y con quienes me prestan el servicio?
Según la Escuela de Salud Pública de Harvard: “no hay evidencia publicada, y no tenemos conocimiento de evidencia sin publicar, de que las personas hayan desarrollado la enfermedad COVID-19 al tocar alimentos o empaques de comida. Sin embargo, el virus que causa COVID-19 puede sobrevivir en superficies y objetos por cierto tiempo. La evidencia disponible sugiere que esto puede durar hasta 3 días en superficies duras como metal o plástico, y alrededor de 1 día en superficies suaves/blandas como el cartón. Esto es distinto a otros virus que pueden persistir en alimentos u otras superficies por largos periodos de tiempo”
A estas declaraciones se suman las de La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) que recomienda cuatro pasos para estar seguros y tranquilos con lo que vamos a consumir: Limpiar, Separar, Cocinar y Enfriar.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), “es más probable que cualquier riesgo de contagio provenga del contacto cercano con el repartidor de alimentos que con los alimentos mismos”.
Teniendo en cuenta lo anterior, muchos establecimientos ofrecen ahora entrega de alimentos con poco contacto, tales como pagar por adelantado con una tarjeta de crédito por teléfono, llevar los alimentos a un automóvil para que sean recogidos, o dejar los alimentos en la puerta de entrada.
Para que estés más tranquilo a la hora de consumir tus domicilios, tenemos estas recomendaciones para ti:
Recuerda: ¡Cuidarte es cuidar de todos los que te rodean!
De la misma forma en la que cuidas de ti mismo, tu familia, tu hogar y tus pertenencias, es recomendable dedicar un tiempo al mantenimiento de tus vehículos, así no estén en circulación.
Ya sea por vacaciones, medidas ambientales o contingencias sanitarias, si tu coche, moto o bicicleta debe permanecer inactivo por períodos de tiempo más largos de los habituales, no olvides hacer de forma periódica un mantenimiento para que sus funciones, piezas y estructuras se conserven en buen estado.
Esto no solo te ahorrará dinero a largo plazo, pues previene posibles averías y deterioros, sino que también mejorará el andar y prolongará la vida útil de tu vehículo. Lo mejor de todo: ¡no necesitas ser mecánico ni invertir más de una hora para lograr con éxito este ejercicio!
Este paso es fundamental, independiente de si te movilizas en auto, moto o bici: los tres están expuestos al polvo, la suciedad u otros elementos que pueden descomponerse y producir humedades u olores desagradables, ya sea durante su circulación en la ciudad o mientras están en el estacionamiento.
Recoge tus pertenencias o los objetos que no hacen parte del vehículo. Si se trata de tu compañera de dos ruedas, procura guardar el casco, la ropa protectora y los guantes en casa. De esta forma no acumularán sedimentos no deseados. Si es un carro, no olvides revisar los compartimientos de las puertas, la maleta, el cenicero y las zonas bajas de las sillas delanteras.
¡Desinfecta! Para esto puedes utilizar elementos de aseo para vehículos y alcohol industrial, aplicándolos en los lugares que consideres necesarios y haciendo énfasis en las cavidades. Más abajo en archivos para descargar puedes encontrar un paso a paso.
Si estás limpiando tu coche, abre y cierra las puertas para favorecer que se renueve el aire. De hecho, si reposa en un lugar seguro y cubierto, luego de terminar este proceso puedes dejar las ventanas abajo un par de centímetros para asegurar más y mejor ventilación.
¿Tienes algún otro ritual de limpieza, como aplicar cera en el exterior del vehículo o usar un aromatizante? ¡Hazlo!
¡Hora de probar tu vehículo!
Como cada sistema es diferente, te daremos las instrucciones por separado. Sin embargo, es importante que, antes de seguirlas, verifiques que a tu alrededor no haya manchas de fluidos recientes que provengan de este, como muestras de aceite, refrigerante o combustible.
Bicicleta: nadie mejor que tú conoce cómo se encuentra tu bici. Dispón de todos tus sentidos para identificar si hay algún cambio significativo en su control y maniobrabilidad. Si es eléctrica, ten en cuenta que, aun estando en reposo, su batería se descarga poco a poco. Como no es aconsejable que se quede sin carga, te recomendamos chequear sus niveles y conectarla a la corriente hasta que tenga, al menos, el 70% cargado.
Moto: asegúrate de disponer de condiciones tanto de espacio como de circulación del aire para moverla fácilmente y que los residuos de combustión no afecten tu salud o la de tus vecinos. Enciéndela y déjala en un cambio neutro con el fin de evitar que se cristalicen los ácidos de la batería, mientras revisas los niveles de aceite y el líquido de frenos. Llévala de un lugar a otro a baja velocidad durante un intervalo de 15 a 20 minutos.
Auto: al igual que con una moto, verifica que las condiciones espaciales y de circulación del aire sean las apropiadas para encender tu auto. Una vez comprobado lo anterior, presiona el pedal de freno repetidamente para verificar su funcionamiento, pues podría haberse descargado el sistema. Al encenderlo, ¡no aceleres! Los autos cuentan con una autorregulación electrónica que incrementa las revoluciones del motor de acuerdo con la temperatura y carga.
Así que espera hasta que estas se normalicen y procede a examinar los indicadores o testigos del tablero de instrumentos. Si las alertas están normales, es decir, sin alarmas rojas, date una vuelta por tu estacionamiento durante 15 o 20 minutos. Aprovecha para para poner en marcha el aire acondicionado, la radio, los limpiavidrios y demás accesorios que puedan deteriorarse ante la falta de uso. Recuerda apagarlos de nuevo cuando finalices el proceso.
Te recomendamos practicar esta prueba cada tres o cuatro días con cualquiera que sea tu vehículo.
Infla las llantas de tu bicicleta, moto o auto por encima de la presión normal, de tal manera que las posibles fugas de aire no afecten su estado.
No olvides las luces. Verifica que estén funcionando correctamente a la hora de revisar las partes de tu vehículo.
Evita la exposición a temperaturas y condiciones extremas durante el período de reposo.
De ser posible, si tienes automóvil o motocicleta, prevén que el nivel de combustible no esté en el nivel mínimo o reserva, pues esto podría permitir la oxidación del tanque y llevar residuos acumulados hasta el sistema de inyección.
Siguiendo estas recomendaciones, los largos períodos de inactividad no serán un problema mayor para tu vehículo. Dedícale unos cuantos minutos y asegúrate de que esté en perfecto estado para la próxima vez que te desplaces en él.
Compartimos contigo algunos consejos prácticos de limpieza y aseo para mantener tu automóvil libre de agentes infecciosos.
Según la Organización Mundial de la Salud, los virus pueden sobrevivir por varias horas en superficies que han sido contaminadas por personas infectadas. Por esta razón, es fundamental no solo que mantengas un aseo riguroso de ti mismo, sino también de tus objetos, entre ellos el vehículo en el que te desplazas.
Aunque no tienes que desinfectar tu auto rigurosamente cada vez que lo lavas, sí debes hacerlo luego de transportar a alguien con síntomas sospechosos de alguna infección, o si sabes que la superficie de tu vehículo estuvo en contacto con algún agente perjudicial para la salud. Adicionalmente, si has decidido no sacar tu auto por un período largo de días, es recomendable que te tomes un tiempo para hacerle una limpieza.
Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, las soluciones con al menos 70 % de alcohol isopropílico son efectivas para eliminar los virus y hacer desinfección. De ahí que este líquido sea fundamental a la hora de llevar a cabo una limpieza del interior de tu vehículo (especialmente si lo usas con frecuencia y transportas a otras personas), pues algunos detergentes para el lavado de autos, limpiacristales y aerosoles de silicona no están hechos para eliminar los agentes infecciosos que pueden afectar tu salud.
¿Qué debes tener en cuenta a la hora de desinfectar y limpiar tu carro? ¿Qué haces si transportas a más personas? ¿Qué sustancias utilizar? Con la siguiente infografía te ayudamos resolver tus dudas.
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