De la misma forma en la que cuidas de ti mismo,
tu familia, tu hogar y tus pertenencias, es
recomendable dedicar un tiempo al mantenimiento
de tus vehículos, así no estén en circulación.
Ya sea por vacaciones, medidas ambientales o
contingencias sanitarias, si tu coche, moto o
bicicleta debe permanecer inactivo por períodos de
tiempo más largos de los habituales, no olvides
hacer de forma periódica un mantenimiento para que
sus funciones, piezas y estructuras se conserven en
buen estado.
Esto no solo te ahorrará dinero a largo plazo, pues
previene posibles averías y deterioros, sino que
también mejorará el andar y prolongará la vida útil
de tu vehículo. Lo mejor de todo: ¡no necesitas ser
mecánico ni invertir más de una hora para lograr con
éxito este ejercicio!
Para todos: la limpieza
Este paso es fundamental, independiente de si te
movilizas en auto, moto o bici: los tres están
expuestos al polvo, la suciedad u otros elementos
que pueden descomponerse y producir humedades u
olores desagradables, ya sea durante su circulación
en la ciudad o mientras están en el estacionamiento.
Recoge tus pertenencias o los objetos que no hacen
parte del vehículo. Si se trata de tu compañera de
dos ruedas, procura guardar el casco, la ropa
protectora y los guantes en casa. De esta forma no
acumularán sedimentos no deseados. Si es un carro,
no olvides revisar los compartimientos de las
puertas, la maleta, el cenicero y las zonas bajas de
las sillas delanteras.
¡Desinfecta! Para esto puedes utilizar elementos de
aseo para vehículos y alcohol industrial,
aplicándolos en los lugares que consideres
necesarios y haciendo énfasis en las cavidades. Más
abajo en archivos para descargar puedes encontrar un
paso a paso.
Si estás limpiando tu coche, abre y cierra las
puertas para favorecer que se renueve el aire. De
hecho, si reposa en un lugar seguro y cubierto,
luego de terminar este proceso puedes dejar las
ventanas abajo un par de centímetros para asegurar
más y mejor ventilación.
¿Tienes algún otro ritual de limpieza, como aplicar
cera en el exterior del vehículo o usar un
aromatizante? ¡Hazlo!
¡Hora de probar tu vehículo!
Como cada sistema es diferente, te daremos las
instrucciones por separado. Sin embargo, es
importante que, antes de seguirlas, verifiques que a
tu alrededor no haya manchas de fluidos recientes
que provengan de este, como muestras de aceite,
refrigerante o combustible.
Bicicleta: nadie mejor que tú
conoce cómo se
encuentra tu bici. Dispón de todos tus sentidos
para identificar si hay algún cambio significativo
en su control y maniobrabilidad. Si es eléctrica,
ten en cuenta que, aun estando en reposo, su
batería se descarga poco a poco. Como no es
aconsejable que se quede sin carga, te recomendamos
chequear sus niveles y conectarla a la corriente
hasta que tenga, al menos, el 70% cargado.
Moto: asegúrate de disponer de
condiciones tanto de
espacio como de circulación del aire para moverla
fácilmente y que los residuos de combustión no
afecten tu salud o la de tus vecinos. Enciéndela y
déjala en un cambio neutro con el fin de evitar que
se cristalicen los ácidos de la batería, mientras
revisas los niveles de aceite y el líquido de
frenos. Llévala de un lugar a otro a baja velocidad
durante un intervalo de 15 a 20 minutos.
Auto: al igual que con una moto,
verifica que las
condiciones espaciales y de circulación del aire
sean las apropiadas para encender tu auto. Una vez
comprobado lo anterior, presiona el pedal de freno
repetidamente para verificar su funcionamiento,
pues podría haberse descargado el sistema. Al
encenderlo, ¡no aceleres! Los autos cuentan con una
autorregulación electrónica que incrementa las
revoluciones del motor de acuerdo con la
temperatura y carga.
Así que espera hasta que estas se normalicen y
procede a examinar los indicadores o testigos del
tablero de instrumentos. Si las alertas están
normales, es decir, sin alarmas rojas, date una
vuelta por tu estacionamiento durante 15 o 20
minutos. Aprovecha para para poner en marcha el aire
acondicionado, la radio, los limpiavidrios y demás
accesorios que puedan deteriorarse ante la falta de
uso. Recuerda apagarlos de nuevo cuando finalices el
proceso.
Te recomendamos practicar esta prueba cada tres o
cuatro días con cualquiera que sea tu vehículo.
Consejos finales
Infla las llantas de tu bicicleta, moto o auto por
encima de la presión normal, de tal manera que las
posibles fugas de aire no afecten su estado.
No olvides las luces. Verifica que estén funcionando
correctamente a la hora de revisar las partes de tu
vehículo.
Evita la exposición a temperaturas y condiciones
extremas durante el período de reposo.
De ser posible, si tienes automóvil o motocicleta,
prevén que el nivel de combustible no esté en el
nivel mínimo o reserva, pues esto podría permitir la
oxidación del tanque y llevar residuos acumulados
hasta el sistema de inyección.
Siguiendo estas recomendaciones, los largos períodos
de inactividad no serán un problema mayor para tu
vehículo. Dedícale unos cuantos minutos y asegúrate
de que esté en perfecto estado para la próxima vez
que te desplaces en él.